Escrita i dirigida per mi. PUTA HOSTELERIA és, ara mateix, la llei.
Sinopsis varies:
Al flyer,
"Puta Hosteleria" no es una obra con la estructura típica de introducción, nudo y desenlace, no. "Puta Hosteleria" es una expresión. Un grito. Un paseo por las bambalinas de cualquier restaurante, bar o cafetería. Una mirada espía al corazón de una profesión que nos toca cotidianamente, ya sea, dentro o fuera de la barra. ¿Qué hay detrás de la sonrisa cálida y atenta de un buen camarero? Toda la verdad, en "Puta Hosteleria".
"Asistimos a la desesperación de Marc, un camarero que, simplemente, tiene que servir un zumo de naranja. En la cocina le espera su compañera de batallas, Sandra. Los dos reflexionan sobre la profesión. ¿Que significa un cortado corto de café?"
“Puta Hosteleria”, un passeig desenfadat dins d’una cuina qualsevol, una mirada espía al cor de la professió que prácticament tothom ha tocat. Actualment, presenten l’obra a MicroCultura Barcelona (...)"
"Amb molta ironia i sarcasme i una proximitat que gairebé fa partícips els espectadors, veiem com una situació trivial esdevé el catalitzador d’una petita gran reflexió sobre el servei, la relació entre client i treballador, el respecte, la precarietat laboral, els drets i els deures del treballador, però també els del client" (Jordi Sellarès).
Som davant d'un microprojecte, una microobra d'un microautor que microdirigeix un microcasting per un microescenari durant un microtemps per viure uns instants molt i molt grans.
Primero de todo, tener presente que no estamos ante una película cualquiera. Estamos ante un evento fílmico. Ganadora de la Palma de Oro del pasado festival de Cannes, La vida de Adèle ha conseguido algo inaudito; que toda la crítica internacional y Carlos Boyero estén de acuerdo. Con lo cual alguna cosa tiene que haber en la película. Y la hay.
minimal movie poster by pmallafre
Segundo, quien confíe ver una historia de amor lésbico o una historia de descubrimiento sexual, protagonizada por una adolescente Adèle y una misteriosa chica de pelo azul va un tanto equivocado. No por el contenido sino por la forma. Me explico. Lo que falla en la ecuación es ese “una historia de”. Ya que no estamos ante un relato o una narración sin más. Ficción y sólo ficción. No. Aquí de lo que se trata es de un reflejo, de un retrato, de un baño en otras aguas. Un viaje, una epopeya que debe ser sentida, cantada, vivida. La migración de ese personaje que se sienta en la butaca hacia un torbellino emocional lleno de contrastes fuertemente intensos es total. Algunos seres de piedra harán bandera de su condición geológica. Los demás nos rendimos al rostro llorón.
La actriz Adèle Exarchopoulos se gana a los dioses por su trabajo y absoluta desnudez a todos los niveles frente la cámara. El trabajo y la química conseguida con su compañera de reparto Léa Seydoux (la del pelo azul) es algo mágico. Forman parte de otra liga. El trabajo del público no va con pensar en ellas como actrices que trabajan un personaje, sino todo lo contrario, uno debe repetirse que aquellos personajes son, en realidad, actrices. Cuando esto sucede las cosas van muy bien. El responsable de tal tránsito es Abdel Kechiche, director que trabaja con métodos algo sombríos (léase severos) para extraer de las actrices esa naturalidad insultante.
Tenemos el evento, el contexto y a un dúo que funciona. Vamos, pues, al método.
Kechiche no lo duda. Si hay que hablar de sentimientos hay que cerrar el plano. Hay que trabajar el primer plano hasta que escupa. Y lo hace. Se presenta como imposible no pensar en la obra maestra de Dreyer “La pasión de Juana de Arco” (1928), cuando hablamos de primeros planos, cuando hablamos de pasiones o cuando hablamos de la pasión de Adèle. Con éste recurso mata dos pájaros de un tiro. Por una parte, todo lo que no sea ella (y su mundo emocional) carece de importancia; familia, entorno social e incluso la propia naturaleza homosexual quedan lejos de la materia, se van apartando lentamente. Y por otra parte, el grado de implicación del público es mayor. Pero no tienes nada si no hay un buen rostro llorón enfrente la cámara. En este caso, la interpretación de las actrices no tiene una función narrativa, es decir, no sirve para contar nada. En este caso sirve como herramienta para el estado de ausencia y entrega del público. En cierta forma, actúa como una forma extraña de droga que te lleva a un limbo donde todo es emoción viva.
Las secuencias de sexo, de las cuales se hablará, y mucho, es preciso señalar que no se dan en la red, para la red, sino que suceden en la intimidad de una habitación del yo enamorado/a. Dedicarle una mirada puramente erótica a las imágenes sería despojarlas de profundidad. La reflexión va más con el deseo, el anhelo, el tacto, el ritual, la fiesta de los órganos y, ese espacio desconocido por el hombre, y que Kechiche presenta como, una mística del orgasmo femenino.
Falso documental en siete capítulos, basado en la cotidianidad de Warwick Davies, famoso en pleno ocaso, (con clara controversia física) impregnado con el carácter lamentable del paradójicamente querido David Brent.
Los capítulos están estructurados al estilo de Extras, es decir, llenos de cameos y participaciones varias, (especial mención a Johnny Deep) donde el protagonista busca su lugar, dejando de lado elementos que atañen a la dignidad de cada uno para conseguir aquello que se encuentra a las antípodas de sus reales posibilidades. La ignorancia de los límites de uno mismo aquí es devastadora.
Así pues, Richy Gervais tira de lo que sabe hacer mejor y planta de nuevo la semilla de la tristeza en el corazón de la serie. Al describir la forma del humor gervasiano uno se plantea cual seria la mejor manera de describirlo, de enmarcarlo. Una tristeza espantosa seria el juicio elegido. Pero es preciso señalar que no se trata de una tristeza sustentada en elementos trágicos. No estamos tratando una forma de tristeza que se ampare en un acto vacuo, una desaparición, una muerte. Se trata de una tristeza (de espíritu, si se prefiere) tremendamente sofisticada, donde la vacuidad se nos presenta como ausencia de inteligencia. Su composición está hecha con pequeños detalles y guiños constantes a una idea que todos tememos que se presente como reflejo: la muerte del reconocimiento del Otro. Pero la raíz de la tristeza gervasiana reside en ese revivirlo a toda costa que aparece pegado en la frente de su protagonista. Ese reflejo intuitivo, sin duda, asusta (…) y de pronto aparece la risa. Ese ríes por no llorar.
De alguna forma u otra, el humor de Gervais se dedica, en esta serie y con acierto, a presentar temidas proyecciones de alteregos que albergamos. No plantea ficciones saturadas de fantasía, sino que trata con fluidez los residuos de aquello que no queremos ver. ¿Como sentirse después de ser famoso? ¿Como llevar el ocaso de un reconocimiento internacional? La serie se centra en esta caducidad y analiza la mirada obsesiva del protagonista consigo mismo y su lucha por no aceptar su bajeza (y con ello, no voy al chiste fácil, bueno si, bueno no, hablo de una bajeza que nace a posteriori, aquella que se piensa en la cama).
Por otra parte, súmale el enfrentamiento del espectador a los protocolos de opinión social. Estandartes de las buenas formas y el pensamiento único. Ese gente de color, ese pobrecitos, son enanos, a lo que el director británico responde, pero pueden ser imbéciles, no?. Acto político sin igual. Los maestros de este post-humor (concepto acuñado por Jordi Costa en su libro Una risa nueva) nos enseñan como lo grotesco aflora en lo cotidiano. Aparece la risa al producirse ese cortocircuito entre aquello patético que hay en la pantalla y aquello patético que hay en nuestros yo-sociales. Lucha de patetismos. La mezcla es explosiva y perdonen, pero un servidor se parte.
En este caso es verdad, a Life’s too short se le ve el plumero. Una vez pillada la forma narrativa del polémico humorista uno puede prever, sin muchas luces, por donde irán los capítulos y como se llevará la autoparodia (que aplaudo) de Warwick hasta silencios que lo dicen todo (y nada es bueno). Pero incluso siendo su serie más previsible uno no puede dejar de admirar la capacidad ilimitada de generar situaciones insultantes con total naturalidad.
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Bajeza.
(De bajo).
1. f. Hecho vil o acción indigna. 2. f. Cualidad de bajo (‖ ruin o mezquino). 3. f. Abatimiento, humillación, condición de humildad o inferioridad.
...dedicado a Miluna.
...de viaje a los 80 y parte de los 90. Dos películas de bofetadas, un clásico de terror, otro clásico de la dramaturgia británica, un escupitajo típico made in Hollywood, una comedia desenfadada (y con ciertos aciertos) y para rematarlo una pequeña joya italiana de autor. Buena mierda. Primero me fui a Australia a celebrar una extraña boda,
donde la protagonista, obsesionada con ABBA y con el anillo único, se pasea ante la cámara con un carisma poco común entre las actrices de su tamaño. ¿Viste como saca la lengua? Al rato aparece un extraño clon de Juliette Lewis, su compañera. Reírte, te ríes.
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...luego, ya que estaba por esa zona, decidí subir un poco hacia el norte e ir directamente a Hong Kong.
Ging chaat goo si - Police Story - Armas invencibles (1985) Jackie Chan
Tras ver el documental Jackie Chan: el Especialista ...aqui entero,
...vi claramente que este tío es un fenómeno. Uno siempre oye rumores entorno a su figura, que si se juega la vida, que si sufre varias lesiones en los rodajes, etc... pero el documental, a parte de ser un tanto autobombo, y como-me-lo-curro, ayuda a desenfadarse con el genero de acción y se pueden entrever las virtudes de un arte cinematográfico que persigue otras cosas. El docu podría muy bien llamarse "USA versus Hong Kong: dos formas de trabajar el cine de hostias". Jackie compara constantemente los de aquí con los de allá. Por eso y por mucho mas me decidí a ver Police Story, aquí traducida como Armas invencibles. Una auténtica joya. Considerada su primera película (dirigida por él) donde pone toda la carne en el asador y marca ya un estilo, el de no me importaría matarme ante la cámara si la toma es buena.
A destacar la escena final y su bajada estilo bombero por una barra que cubre unos cinco pisos enmedio de unos grandes almacenes. Considerada por los entendidos como una de las escenas más memorables de la historia del cine (de hostias).
Curiosidad: la barra estaba ardiendo ya que las bombillas estaban conectadas desde el inicio del rodaje de aquél día. Al llegar abajo, ya sin manos, se lesionó la espalda y se rompió no-se-qué...y el tío sale corriendo.
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...y crucé el Pacífico...Welcome to Yu-Es-Ey.
...tanta bofetada me dejó el cuerpo mal así que me decidí por trincharlo del todo y meter algo de terror.
...The Thing, es de las pocas cosas que estamos de acuerdo mis amigos y yo...
Redonda. Punto Uno: efectos especiales que no caducan y afectan. Punto Dos: ritmo narrativo mesurado con metrónomo. No por velocidad sino por peso de la propia historia. Los primeros 20 minutos el protagonista es un perro y con él vienen las dudas, los nervios, la incomprensión, la animalidad, la violencia y el miedo, con él, La Cosa. Carpenter se consagra como un maestro del cine. Presentación paulatina, sin prisa. Desarrollo natural, sin gritos absurdos. Verosimilitud. Personajes esféricos, cada cual en su rol tensando y destensando. Poco espacio para las coñas y los graciosetes.
Mucho espacio para la metáfora y la interpretación.
Una tragedia nerd en toda regla.
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ir a dormir con la cosa en el cuerpo tampoco era plan...me dije...una de jolibú para relajarse y pasar un buen rato si cabe... una de jolibú...una de Hollybú...una de Jollywood...¡la tengo!
...la traducen como El Juego de Hollywood, pero se llama The Player. A destacar, considerada el renacimiento de Robert Altman, director que come aparte, muy metido en Hollywood, crítico e intelectual en su momento. Tras algunas movidas en TV (capítulos de Bonanza and Co.) y alguna película menor, se presentó con M.A.S.H a la primera linea de los directores que molaban por aquellos 70.
...otro guión muy fino. El tío tiene claro el mensaje: "Hollywood apesta". Final redondo. Sin brecha. Autoconciencia total. Narrativa típica de Jolibú. Pocas sorpresas salvo al final. Buena mierda. Guiños a los grandes. Savoir Fair.
Destaco el plano secuencia del principio, con chiste de La Soga incluido.
Ocho minutos,
sin corte.
Scorsese se corre.
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Al levantarme y a la búsqueda de un buen guión me fui hacia Europa, busqué entre los británicos y encontré "Dangerous Liaisons". Aqui traducida como Las amistades peligrosas.
Decían "un guión perfecto", cierto, todas las palabras están en su justa medida, todas contienen intención, provocación, seducción, reacción y van tejiendo un panorama cada vez más intenso y devastador. A cada paso, el peso es mas gordo y la cuerda mas floja. Si señor, me quito el sombrero. PERO no me lo creo. Existe un elemento fundamental en la obra, que solo se encuentra en texto y a posteriori. En la pantalla, ese elemento desencadenante, ese incidente no se da y uno tiene que poner de su imaginación y empatía para entrar en el juego. Hay que hacer la vista un tanto gorda. En fin, seguramente en el teatro la disfrutaría más. Destaco mas, el vestuario y la caracterización de los personajes que la propia química que pueda haber entre los actores, para mi, inexistente. Ni son tan buenos ni lo hacen tan bien. Nota mental: Recordar las palabras de Boyero para esta película: Obra maestra absoluta.
Mira, pensándolo mejor, una mierda pinchada en un palo.
En esta, ya podemos actuar como si de una porno se tratase...avanzamos las partes en que hablan y vamos directamente a las leches. Así en frío no recuerdo mucho, pero vamos, mas Jackie y mas Chan que nunca...¡ah si! tremenda explosión de una fábrica (¡de petardos!) ...entera.
Se dice que es la explosión mas grande jamas rodada. No es una maqueta. Se carga la fábrica de verdad.
Un visionario.
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...y si me preguntaran con cuál de las películas de este fin de semana me quedaría...seria, sin duda...
...de Nanni Moretti. Película en tres episodios...el primero, sin duda, el mejor. Conocido como una suerte de Woody Allen italiano/europeo, Nanni nos muestra esta película-diario donde presenta parte de su mundo en tres escenarios. El primero cómico-contemplativo, el segundo contemplativo-cómico y el tercero irónico-dramático.
Uno se rinde ante una escena como ésta...
...no ya por mi devoción por el pianista y su improvisación divina, si no por el tamaño de los huevos de meter este descarado homenaje a Pasolini que funciona, a la vez, como transición a la siguiente parte, como momento de descanso, como instante educativo de contemplación y como declaración de principios intelectuales y cinematográficos.
...si si, algún día vendré...y los día llegaron... ...fuimos dos a ver un tercero...
...re-construcción de un momento inolvidable allá en Tierra Verde...
...aquello que abruma, asusta.
...aquello que asusta, se retiene.
...y claro... ...puedes captar el momento o puedes construirlo. ...aqui el trabajo musical es del caro amigo Fabrehash...todo lo demás...bytes y harinezumis... ...eran tiempos de dejarse ir... ...correspondencia fílmica para el tercero.
He aquí 2 versiones en minimal movie póster de la película FESTEN, también conocida como Celebración, película dirigida por Thomas Vinterberg amigo y co-creador del manifiesto DOGMA de Lars Von Trier. El último requisito del manifiesto consiste en no poner el nombre del director al final de la película, y claro, poco se imaginaba, el pobre Vinterberg, que al mencionar dicha película todos piensan que es de Lars Von Trier, el famoso.
Pues no, la primera película Dogma#1 es del amigo Thomas. Pero claro, la Dogma#2 (la segunda) es Los Idiotas.
En fin. Recomiendo ambas.
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Pongo las dos versiones por ser totalmente incapaz de decidir una.
Versión A
Version AA
¡Me gustan por igual! (Hurlyburly) Mas info de la película aquí
