3 de març 2013

Bajeza

LIFE'S TOO SHORT

Falso documental en siete capítulos, basado en la cotidianidad de Warwick Davies, famoso en pleno ocaso, (con clara controversia física) impregnado con el carácter lamentable del paradójicamente querido David Brent

Los capítulos están estructurados al estilo de Extras, es decir, llenos de cameos y participaciones varias, (especial mención a Johnny Deep) donde el protagonista busca su lugar, dejando de lado elementos que atañen a la dignidad de cada uno para conseguir aquello que se encuentra a las antípodas de sus reales posibilidades. La ignorancia de los límites de uno mismo aquí es devastadora. 





Así pues, Richy Gervais tira de lo que sabe hacer mejor y planta de nuevo la semilla de la tristeza en el corazón de la serie. Al describir la forma del humor gervasiano uno se plantea cual seria la mejor manera de describirlo, de enmarcarlo. Una tristeza espantosa seria el juicio elegido. Pero es preciso señalar que no se trata de una tristeza sustentada en elementos trágicos. No estamos tratando una forma de tristeza que se ampare en un acto vacuo, una desaparición, una muerte. Se trata de una tristeza (de espíritu, si se prefiere) tremendamente sofisticada, donde la vacuidad se nos presenta como ausencia de inteligencia. Su composición está hecha con pequeños detalles y guiños constantes a una idea que todos tememos que se presente como reflejo: la muerte del reconocimiento del Otro. Pero la raíz de la tristeza gervasiana reside en ese revivirlo a toda costa que aparece pegado en la frente de su protagonista. Ese reflejo intuitivo, sin duda, asusta (…) y de pronto aparece la risa. Ese ríes por no llorar

De alguna forma u otra, el humor de Gervais se dedica, en esta serie y con acierto, a presentar temidas proyecciones de alteregos que albergamos. No plantea ficciones saturadas de fantasía, sino que trata con fluidez los residuos de aquello que no queremos ver. ¿Como sentirse después de ser famoso? ¿Como llevar el ocaso de un reconocimiento internacional? La serie se centra en esta caducidad y analiza la mirada obsesiva del protagonista consigo mismo y su lucha por no aceptar su bajeza (y con ello, no voy al chiste fácil, bueno si, bueno no, hablo de una bajeza que nace a posteriori, aquella que se piensa en la cama).

Por otra parte, súmale el enfrentamiento del espectador a los protocolos de opinión social. Estandartes de las buenas formas y el pensamiento único. Ese gente de color, ese pobrecitos, son enanos, a lo que el director británico responde, pero pueden ser imbéciles, no?. Acto político sin igual. Los maestros de este post-humor (concepto acuñado por Jordi Costa en su libro Una risa nueva) nos enseñan como lo grotesco aflora en lo cotidiano. Aparece la risa al producirse ese cortocircuito entre aquello patético que hay en la pantalla y aquello patético que hay en nuestros yo-sociales. Lucha de patetismos. La mezcla es explosiva y perdonen, pero un servidor se parte. 

En este caso es verdad, a Life’s too short se le ve el plumero. Una vez pillada la forma narrativa del polémico humorista uno puede prever, sin muchas luces, por donde irán los capítulos y como se llevará la autoparodia (que aplaudo) de Warwick hasta silencios que lo dicen todo (y nada es bueno). Pero incluso siendo su serie más previsible uno no puede dejar de admirar la capacidad ilimitada de generar situaciones insultantes con total naturalidad. 

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Bajeza.  
(De bajo). 
1. f. Hecho vil o acción indigna.
2. f. Cualidad de bajo (‖ ruin o mezquino).
3. f. Abatimiento, humillación, condición de humildad o inferioridad.





Terapias de un dandy @pmallafre
Barcelona, febrero 2013

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