19 de març 2011

El instrumento de hormigón

Miro mis manos
no veo ni historia
ni experiencia
ni fragilidad.
Así pues, son ejemplo
de manos sin manos.
Con sed de senos y teclas
empuñan (de puño)
rencores de mis
infiernos.
Son, sencillamente,
unas manos.

Ahora ya no me pertenecen
ni mis manos, así de simple,
solo tengo el vicio y el horror.
Paseo y pienso en las manos,
 no las mías, (aplausos).
¿qué manos habrán
hecho ese balcón?
¿Qué manos estas baldosas
llenas de chicles ya grises?
Freno.
Me siento.



Veo un hombre sentado,
ya viejo con sus manos
que manifiestan su vida.
¿Qué piedras habrán puesto
sobre que muros?
Las ciudades están hechas a mano.
Las máquinas nacieron de las
manos de un bebé.
Así pues, me pregunto,
¿por qué no saltamos sobre
cabezas, tú; melodioso verso,
y yo?
Piensa que el piano se puede
tocar a cuatro manos.





Terapias de un dandy @pmallafre
(Barcelona, 2009)

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