25 de febr. 2011

¿yo bufón?

...la obra de arte no tiene ningún peso esencial por ella misma, son nuestros ojos quien convierten el objeto inanimado e inexpresivo en tal elemento de adoración, de contemplación...el peso de una moral de esclavos y la pesadez ficticia de una existencia dolorosa nos invita a crear monstruos, construir castillos e inventarnos la Gramática. El arte es en todo momento una fábula más de nuestro espíritu. La tendencia a la invención, a la farsa y a la fantasía nos conmueve y nos alivia. Ortega y Gasset definía al hombre como animal fantástico, y sin duda iban por aquí sus flechas. Aquel capaz de inventarse a "Dios" y creerlo real solo podría ser invención de un ser fantasioso, de un Creador de metáforas, de un ser muy perverso; el sacerdote, ese charlatán.
 

Decir que uno es un bufón es una evidencia, una declaración de sinceridad un tanto espantosa, ¡que nadie se lo tome a risa! ¡Hoy en día está de moda declararse “cómico”!
Todo depende del tamaño de los ojos y de la capacidad para cerrarlos...desconfiad de aquel que cante con los ojos abiertos. Miente mas que canta.

¿…y el problemas cual es? que palabras como absurdo, falso, fantasioso, imaginario, alocado, fabuloso o sincero son condenadas (¡hoy en día!) como cosas de niños, apartadas y menospreciadas con ridícula seguridad por los animales racionales. La muerte del sujeto es, pues, el alivio, el camino sobre la mar. 

Un día, cerraré los ojos y no lo abriré nunca más.

(…)


¡el hombre como animal bufónico!


Terapias de un dandy @pmallafre
(Barcelona, Junio 2008)

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