Eruditos

microrelato

 
…y me fui corriendo, no podía creer lo que acababa de hacer ¡que espantoso! Pasaron los días y pasaron los metros. No podía comer y menos aún dormir. No pude parar, corrí hasta confundir mis pasos con el tic tac de un reloj. Hasta la demencia. El cartel decía Bienvenido a, y frené.
En la Plaza Mayor, mujeres bañadas con pintura jugando desnudas, hombres destrozando esculturas preciosas y poetas quemando textos antiguos. Un pianista tocaba enérgicamente y nadie le prestaba atención.  Hasta que cesó. En ese instante, todos se giraron hacia el escenario, quietos y mudos contemplaron sus manos levantarse del teclado y un silencio pavoroso envolvió toda la escena. Luego, bajó los brazos lentamente y continuó con la misma canción, todos se miraron y siguieron con sus destrozos.
Pregunté a un anciano qué les ocurría a todos y me respondió:
-Disfrutan del silencio que se produce al pasar página.

Terapias de un dandy @pmallafre
(Barcelona, Mayo 2008)