26 de febr. 2011

El nacimiento de un castillo

Gente preguntándose por el clima,
debería el frío congelar el alma.
Diciembre, y el caluroso astro
sigue dando esperanza al casto.

Pero al ver su rostro divino,
he comprendido que el sol
debe iluminar su cuello fino.

Él no puede, pues, hacer más,
sois su madre, y jamás,
tus designios, oh! poderosa Diva,
no dejarán su voluntad dormida.

Ladrona de alientos,
conozco cientos de mitos,
que no pueden describir
tu enigmático porvenir.

Sólo deseo verla a vos
con mis felinos ojos,
cual castigado Trovador,
desde este mirador.

Todo, es decir, todo
por probar su método
lo dejaría, seriamos
hoy, como nunca, eternos.


Solo nos cruzamos una vez
y en mis tempestades, tu tez
quedó dibujada tras el aliento
de pintura que mi voz cantó.

Hoy la pintura aquí la dejo
con un dudoso verso.
Siendo el dionisiaco sueño
cansado, del amante dueño.


Terapias de un dandy @pmallafre
(Barcelona, Diciembre 2008)

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